martes, 10 de febrero de 2009

Tal vez...

A veces me pongo a pensar en el “porque” de cualquier cosa. Al ver cómo está el mundo, me pregunto ¿porqué nadie hace algo al respecto? Me pongo a pensar la razón por la cuál a nadie le importan los demás. No sé porque a nadie le interesa ayudar. Hay gente en las calles sin hogar. Existen hombres tristes y solos. Muchas personas no poseen comida.

Al analizar las razones por las cuáles alguien puede ser tan cruel como para no importarle el sufrimiento ajeno, se me hizo muy difícil hallar razones. Simple y sencillamente, no logro saber porque al parecer no existen personas que deseen ayudar o que piensen en el prójimo antes de hacer cualquier cosa.

Después de fracasar en el intento de comprender a los demás, busqué comprenderme a mí mismo. Desde que existo, he dicho que quiero causar un cambio. No me gusta cómo son las cosas y me sentiría demasiado mal si no lograra algún cambio. No es por presumir ni por decir que soy más considerado o mejor que otros, pero la mayoría de las veces que hago algo, pienso en cómo podría eso afectar a los demás, ya que el dañar a otros me hace sentir mal. Me puse a ver mi profundo amor, o al menos interés, hacia las personas con las que más convivo y con las que menos también.

Luego pensé, ¿qué diferencia encuentro entre los demás y mi persona? La verdad, me pongo a ver todo lo que he hecho y lo que haré en caso de seguir como he estado hasta el día de hoy, y no encuentro mucha diferencia entre eso y la descripción de lo que hacen otras personas. Quizás en realidad mis sentimientos y pensamientos no son nada especiales. Tal vez los demás también son así pero, al igual que yo en muchas ocasiones, no lo demuestran por una razón u otra. Claro, he ayudado a gente, pero no veo alguna cosa grande que he o que, siguiendo este paso, llegaría a hacer en un futuro. Que mierda. Descubrir que, después de todo, probablemente tengo la misma mentalidad que el resto del mundo. Quiero ayudar y hacer un cambio, pero no he hecho nada al respecto. Puede ser que los demás también piensen cosas y se pregunten lo mismo que yo, aunque no muestren interés en querer cambiar al mundo.

¿Podrá ser que hasta los soldados piensen como yo y, aún así, se dejen llevar por sus líderes, dejando atrás sus deseos de paz? Ya no sé qué escribir, pensar, hacer o decir. Se murieron mis palabras. Tal vez... soy igual que la sociedad que tanto me caga.

No hay comentarios: