jueves, 13 de noviembre de 2008

Hormonas y esquizofrenia

Últimamente me siento débil ante el combo de mi mismo y los demás. En parte cosas de otros que luego mis sentimientos o mi forma de ver las cosas tienen a exagerar o tomar muy a pecho. Quizá esos no sean los únicos factores; probablemente algo más de lo que no me he percatado o, más probablemente, no me quiera percatar inconsciente o conscientemente. Son infinitas las posibilidades, pero quizá las que más temo y trato de evadir son las que en realidad lo causan.
Me siento esquizofrénico a veces. Mis tres personalidades discuten constantemente. Panic es el anarquista prendido. Oscar es el que usa el razonamiento lógico y es el más inteligente de todos. Gerardo es el miedoso y tímido.
Me ataca el presente y el pasado me atormenta, mientras que el futuro me apuñala. A veces todo se siente como una gran caída que sucede lentamente. Y no puedo hablar de ello. Sólo escribirlo. Mi voz se quebraría o algo así. La gente podría verme como criminal en cierta forma. Pero no es mi culpa. Vergas. Soy como un personaje de un cuento de Edgar Allan Poe. Me gustaría hablar de ello pero me encuentro con una barrera que pone Gerardo.
Oscar dialoga con él para mejorar las cosas y hacerlo ver cosas que parecieran lógicas y harían las razones parecer estúpidas, mientras que Panic insiste en que es ridículo todo eso, pero Gerardo no se doblega.
Por ahora, continuarán dialogando las tres personalidades. Quizá son las hormonas.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Mal fin de semana con un toque bueno que se llama Attaque 77

Ya terminó un fin de semana contrastante. Por el lado positivo, vi a Attaque 77, que es mi tercera banda favorita, en el Zero Fest, además de Los Bunkers y Zoé. Por el lado negativo, sucedieron varias cosas.

Aunque el viernes fui al cine con Beto y Pipe (por cierto, la película, “Charlie Bartlett” AKA “¿Quién es Charlie?”, está divertidilla y un poco random en algunas partes), me sentí deprimido durante el día. En momentos sentí ganas de sentarme a tomar cerveza para sentirme desahogarme un poco. La paranoia sobre tonterías que no debieron de haberme preocupado causó eso. Me di cuenta de algunas cosas de mis pensamientos, sentimientos y subconsciente. Un sueño que tuve colaboró también a esa epifanía que me atormentó un poco, pero finalmente no pasó a mayores y lo supe controlar por ahora.

El sábado pintaba para ser un gran día, ya que vería a A77aque y otras bandas como Mars Volta. Fui al servicio social en la maniana, para luego llegar brevemente a mi casa e ir, junto con mi hermano, a casa de Tato y luego pasar por Cokito. Iba todo bien. Después, mi papá, sí, ese exagerado mamón, me hizo irme del Zero Fest cuando pasó por mi hermano, pues él se iba a ir antes. ¿La razón? Calificaciones. Unas putas calificaciones en las cuáles no fue tan mal como para castigar y demás. Lo peor es que ni siquiera han subido todas las calificaciones, sólo van tres, de las cuáles son Panoramas Internacionales con 86, Alemán con 89 y Literatura con 90, además de que de Computación subieron el examen de 88, aunque el promedio dará (según mis cálculos) más de 90. No me fue mal. ¿Qué chingados pasa con mi papá? No tengo la menor idea.

Después de que el pendejo me recogió del Zero Fest (al menos alcance a ver a A77aque, Zoé y Bunkers), fuimos a casa de mi abuelita por motivo del festejo de cumpleanios de un primo. Dormí prácticamente todo el rato ahí. No tenía ganas de hacer algo. Nada me motivaba (y, la verdad, ¿cómo podría, después de que el dictador llamado “papá” hizo eso?). Pero lo peor estaba aún por llegar. Llegando a mi casa, se armó una riña verbal con mi papá sobre las calificaciones y después, con mi mamá apoyándolo, lo cual no podía creer, sobre mi apariencia física. Argumentaba que no debo de vestirme con ropa rota. Mi papá se tomó el lujo de arrancar la suela de mis Converse negros, ya que estaban rotos, para evitar que yo los rescatara del basurero como ya lo había hecho anteriormente. Quiere obligarme a cortarme el pelo. Quiere obligarme a rasurarme muy seguido.

¿Qué chingados le pasa? No lo sé. Pero no voy a cambiar. Soy muy diferente a él. Él es extremadamente religioso. Yo, como pueden leer en otro post de este blog, no estoy muy convencido de la bondad de Dios. Él ama a la patria. Yo no creo en ella. Él es autoritario. Yo soy anarquista. Él es prejuicioso. Yo al menos intento no serlo. Él se interesa por ser bien visto por toda la sociedad. A mí sólo me importa como soy visto por la gente que importa y la sociedad me la pela. Él cree que es el jefe de la casa por ser el papá. Cree que tiene más autoridad que todos y que es el más importante ahí, pero se equivoca. Sin nosotros se muere. Somos igual de importantes todos en la familia. Tiene un problema psicológico y quiere todo a su manera.

Para colmo, el domingo fue el sorteo para el servicio militar y así poder obtener la cartilla militar que, desgraciadamente, se necesita para cosas en el futuro, según sé. La mala racha de acontecimientos desafortunados continuó y, efectivamente, me tocó ser de los esclavos que marcharán o algo por el estilo. En teoría, no marcharía por el Tae Kwon Do, pero se está analizando, según dicen.

¿A quién chingados se le ocurrió que marchar beneficiaría a alguien? La verdad, no lo hará. Lo único que hacen ahí es adorar a ese falso dios que se llama bandera, la banda tapaojos más grande del mundo. No existe droga peor que el patriotismo, y eso es lo único que promueven con esto. Ni siquiera ayudará al prójimo ni nada por el estilo. Es una pendejada. Y, para colmo, le tocó al anarquista. Que mierda. Aunque, si lo veo del lado positivo, estaría salvando a alguien de que le inculquen esta pendejada que se llama nacionalismo, y yo nunca juraré lealtad a un pedazo inservible de tela.

En fin, ése fue mi gran fin de semana. ¿Genial, no?

En teoría, estoy castigado, pero no pienso seguir al pie de la letra castigos injustos. Al menos pude ver a Attaque 77.


domingo, 2 de noviembre de 2008

Juramento


Bandera,
bandera de México,
legado de injustas muertes,
símbolo de la ceguez
de nuestros padres y nuestros hermanos.
Te prometemos ser siempre fieles
A los principios de corrupción y de injusticia
que hacen de nuestra patria
un nación en decadencia,
inhumana y envidiosa
que se traga nuestra existencia.

Firmes, ya.
Que si te mueves, mueres.