Me preparo para lo que pinta como la primera gran depresión del año. Siento que quiero hacer todo, pero no puedo. No es fácil aprovechar todo lo que tengo o hacer todo lo que deseo. Creo que eso es la base del problema, porque, gracias a tratar de enfocar un poco en todo, no hago nada al cien por ciento.
1. Quiero subir mi promedio de toda la prepa.
2. Quiero lograr algo en el tae kwon do porque la capacidad la tengo.
3. Quiero tocar con la banda que estoy tratando de iniciar.
4. Quiero aprovechar mi vida social y ser feliz con la gente que en verdad me importa.
5. Quiero escribir.
6. Quiero leer.
7. Quiero descansar.
Y para colmo, a veces siento que estoy solo en todos estos problemas porque, aunque tengo gente que me apoya, no hay alguien que me comprenda en todos los aspectos, ya que creen que alguno de ellos no es importante, y para mí lo son (y mucho), o no entienden lo que veo en cada uno de ellos. Cada uno de esos puntos lo veo como la fusión de ser yo y ser feliz. Lo del promedio y el estudio no sería muy importante para mí, pero es algo que el mundo exige, ya que lo necesito para ciertas cosas, así que obtiene importancia.
Para colmo de todo, como no me va a ir tan bien como esperaba en las calificaciones, mi papá se enojará y mi mamá se deprimirá, causando en mí gran estrés, tristeza e impotencia. Genial.
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“Panic, ahí te voy,” dijo Depresión, luego de haberle estado gritando a todo volumen durante mucho tiempo en su oído. A continuación, se subió al mueble más cercano. Una vez arriba, se lanzó con gritos de furia y calló sobre Panic, a quién inmediatamente empezó a ahorcar. Panic no podía zafarse de las cadenas que le habían puesto antes de que todo esto sucediera. No podía levantar su voz, y mucho menos gritar. La respiración fallaba y un dolor de cabeza intenso surgió desde la parte trasera de su cerebro. La sangre corría lentamente y sin oxígeno. Unos minutos después, su cabeza explotó y el resto de su cuerpo implotó.
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