martes, 22 de marzo de 2011

La canción del llanto

Al pasar, siento enojo al ver su paraíso. No son ellos, soy yo. Los veo desde mi infierno, mas ellos jamás se darán cuenta de mi presencia. El paraíso que no comparto me enferma y vomito sobre él.
Decidí entonces mejor llorar canción para no inundarme en mi llanto. Empecé derramando acordes y todos eran menores. Canté con mi horrible voz; no importó, nadie escuchó. Mis dedos tocaban arpegios y terminé por distorsionarlo todo. No es enojo aunque a veces lo aparente, es otro sentimiento cuya palabra aún no ha sido inventada. La llamaría como tu hermoso nombre. Eso se siente tan natural, pero no mereces ese peso; a fin de cuentas, eres libre. Tal vez debería llamarse como mi infierno y mi cielo o el camino que los une y mantiene aparentemente tan cerca a uno del otro.
Estás caliente. Me quemas y lloraré cantando en mi infierno. Aún con mi boca cerrada estoy cantando.

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