domingo, 25 de octubre de 2009

Destino, el Titeretero

A veces pareciera que somos unas simples marionetas.
El titeretero cuida a sus pequeños, los limpia, pule y guarda con cuidado. Sin embargo, nunca ha sido capaz de cortar los hilos que los convierten en propiedad de alguien más, y no de ellos mismos. Reciben cuidad y cariño, pero a un precio muy caro. Dicho precio es el de la libertad y el propio ser. Cuándo el público observa a las marionetas, se refiere a ellas como "las marinetas del titeretero," y no por sus nombres. Nunca han tenido y nunca tendrán un nombre propio. Nunca podrán decidir a dónde moverse.

Es curiosa la manera en que a veces, aunque des una vuelta diferente a la esperada, de igual manera terminas en el mismo lugar. Nadie lo puede evitar.

1 comentario:

Palove Ramones dijo...

me recuerda a la familia