lunes, 2 de mayo de 2011

Anoche

Cerré los ojos y te vi en el espejo. Cerré los ojos y fui feliz. Con los ojos aún cerrados, vi una sonrisa y sonreí. El espejo me miraba y yo lo miraba. Mi reflejo era como un yo del pasado, como si jamás hubiera caducado. El fantasma tenía un cuerpo. Estiré mi mano y sentí la explosión más hermosa que ha habido. Jamás había presenciado tanto alboroto con tan poco movimiento. Vi unos ojos que eran como bombas atómicas recién detonadas, pero éstas no causaban muerte, sino vida. Me acerqué al espejo y no sentí cristal, sino piel suave. Cerré los ojos que ya tenía cerrados y sonreí mientras sonreía.
Después abrí los ojos. No era lo mismo, pero el reflejo se sentía tan real y sonreí.

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