sábado, 3 de abril de 2010

Mi odio

Muchos lo habían merecido, pero nadie lo había tenido. Muchos habían mentido, pero no clamaban perfección. Mentiste y rompiste tus propias reglas. Juegas el juego pero no aceptas perder. Das sólo para que te den.
Amor para ser amado. Eso no es amor. El amor es pasión, no conveniencia. El amor es verdad, no mentira. El amor no pide, da. Si recibe, no es porque lo pidió. Si lo pides, no es amor.
Mi odio no existía, pero comienza a formarse y lo quisiera evitar; pero eso no está en mis manos. Si existes, puede ya existir; si no, no existe. Yo quiero creer que mi odio no existe.
No sé si seas quién más lo ha merecido, pero eres quién ha estado más cerca. Tan cerca que quemaría, si tan sólo fuera verdad.
Tus mentiras, mi odio; estaríamos a mano. Sin embargo, ojo por ojo todos quedamos ciegos. No quiero perder mis ojos, pero cada vez veo menos y el mundo parece oscurecerse más.
Clamas ser salvación, pero eso puede ser mi perdición. Las razones me parecen estúpidas; sin embargo, el tiempo corre y sigo ahí, aunque mi espíritu esté en otra parte.
Si mi odio existe, es transparente, pero el vidrio corta aunque sea transparente. Digo sólo odiar al odio y espero que eso siga siendo verdad.

No hay comentarios: