domingo, 27 de noviembre de 2011

Tuerto

Cupido tiene sed
Cupido no tiene enojo
Cupido con una flecha
te va a sacar el ojo.
Sin uso ahora para él
lo vas a regalar
de tu ojo te vas a deshacer
de él te vas a olvidar.

Un hueco paralelo a tu ojo
deshidratado y se vació
negro y color rojo
brillante alrededor.
Después de la sangre
el fluido no acabó
tus ideas se te escapan
pensamientos, sentimientos y dolor.

Lucifer en un frasco
tus fluidos juntará
del cerebro huyeron por donde el ojo
pensaban escapar.
La luz del ángel iluminará
la ligera oscuridad
que en verdad no era nada
sólo tu ojo que se va.

“No temas, no se escapan
los tengo reunidos aquí,”
aliviado le contestas
“Quédatelos, son para ti.”
El demonio a ti se acerca
un ojo nuevo podría crear
poco a poco de ti se aleja
sólo un beso y nada más.

A través del hueco se ve el cerebro
vacío y si veo más allá
ya no se hallan tus secretos
que regalaste sin pensar
Cubre el hueco con el parche
y tu mente no verán
tal vez tu alma no se derrame
es transparente y la perderás.

Más adelante dirás
que no veías, estabas ciego.
Sabemos que es mentira
tan sólo estabas tuerto.

Tuerto para siempre
tu ojo se perdió
trataste de encontrarle
anque fuiste tú quien lo regaló.

Cupido se tomó tu sangre,
el diablo se la dio.
Sin sed quizás aguante
tres días sin causarte destrucción.

Tuerto, abre tu ojo que no estás muerto.

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