Soñar, soñar, soñar, pero nunca vivir. Sentir, sentir, sentir, es como morir, pero sin el fin. Falta una pieza, pero si esa pieza llegara, perdería otra. Y así seguiría el rompecabezas incompleto por siempre. Cuando llegue el momento, reflexionaré cual pieza es la más importante para el rompecabezas; la ausencia de una de ellas debe pasar más desapercibida que la de la otra.
Los sueños quitan parte del hambre, pero aumentan la sed, y el hambre vuelve tarde o temprano.
¿Será posible que lo que ingiero esté envenenado?
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