El camino existe en ti. Te vas y no hay colores, sólo oscuridad. Los niños ríen y juegan porque los estás cuidando. Mientras duermes, el mundo muere y salen los demonios a las calles. Los muertos se tienen que conformar con un simple reflejo de la luz del otro lado. Castigas, pero también muestras que aún quedan letras y páginas por leer. Tu voz susurra palabras de fuego, vida y destrucción a mis oídos vírgenes.
Deja de brillar. Extínguete y no me hables más. Las sombras me refrescan y tu espejo es suficiente. Te diría todo esto y te asesinaría, pero sin ti no apreciaría el descanso y el refresco. Llévame al otro lado aunque te intente ignorar y ten piedad de mi.
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