Es raro también que el a veces claro mensaje de dichos sinapsis no pueda contrarrestar el mensaje opuesto que envían otros sinapsis. Pero quizás es porque esos estuvieron desde antes, y no pueden irse tan fácilmente. Es como pensar que el recién nacido podrá vencer a un adolescente en un partido de futbol.
Y es raro también que fluidos sean derramados tan fácilmente en un cerebro para causar sensaciones únicas.
Y pensar que todo sucede por una mano y partículas de aire alborotándose.
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