Con coraje, entrega, unión, talento, entre otras cosas, los Rayados de Monterrey han consumado lo que iniciaron no el jueves, sino el agosto pasado, al iniciar la temporada. Gran premio al trabajo invertido por la mejor directiva en la historia del equipo.
Los guerreros, al ver que ganaron la primera batalla, no bajaron la guardia. Se mantuvieron siempre atentos al horizonte rojo, por la sangre derramada, esperando al siguiente batallón enemigo, pues para ganar una guerra se necesita triunfar en más de una batalla. Los oponentes esperaban atacar mientras dormían y se encontraban ebrios después de festejar, pero obtuvieron una sorpresa no muy grata al encontrar a nuestros amados soldados aún despiertos y sobrios.
Perdóname, Vucetich, de todo corazón. En momentos dudé no de tu capacidad, sino del estilo de juego y de manejar al equipo que posees, considerándote muy defensivo al principio. Pero poco a poco uno se daba cuenta que si sabías cómo aprovechar el poder ofensivo del plantel, y no sólo eso, sino que también formaste una defensiva sólida. Sí, el mérito es de los jugadores, pero también tuyo. Gracias y perdón.
...y así, la guerra se ganó, el campeonato se consumó.